"La felicidad de cada uno no consiste en esto ni en aquello, sino en conseguir y gozar cada uno de lo que le gusta" Baltasar Gracián
Hay días que por su armonía y simpleza se convierten en la inspiración perfecta para escribir una entrada. Y es que un día como hoy por ejemplo, en que todo se hace de manera espontánea y hay una sensación de bienestar y de alegría con una misma y con el universo, se hace necesario mirar que fue lo verdaderamente especial.
Y empieza una a hacer retrospectiva y se da cuenta que realmente si se requieren elementos para que el día sea maravilloso. El primero es levantarse sin que suene el despertador alertando y cortando la magia de los sueños. Que rico abrir los ojos en el punto en que el reloj biológico calcula que ya es hora y no hay temor de estar cogido del día.
Lo segundo es llegar a la oficina y tener un grupo de compañeros que se ríe, que goza con cada situación, que hace una broma sobre tu jefe y que te ayuda para que las cosas se hagan bien y de la manera más eficiente posible, porque hacer las cosas en su tiempo justo es también un paso para tener un día maravilloso.
Otro buen punto para un día genial es sacar un ratico para estudiar y ver que el proyecto que antes parecía un rompecabezas cada vez está cobrando más forma y que aunque las que faltan son las piezas más difíciles hay más motivación para ver la obra acabada.
Y un cuarto e insuperable punto es tener una tarde de cine, comida y una buena amiga. Y es que esta si es la mejor recompensa a una jornada laboral, poder salir temprano de la oficina y encontrarse con una amiga a la que no vez hace muchos días y con la que puedes compartir una buena conversación .
Asi pues, que caminando bajo la lluvia y luciendo un hermoso paraguas fue como termine mi maravilloso día. Porque solo fueron necesarias situaciones simples y una buena actitud para sentir que hoy hubo una energía inigualable, que solo se trata de estar bien conmigo misma y con quienes me rodean, que se trata de dar y de recibir de lo que tengo y que ser feliz es tan simple como la lluvia que cae, solo hay que dejarla ser y disponerse para que cada una de esas pequeñas acciones tengan un efecto transformador.
Así pues que me preparo porque estoy segura que mañana también será el mejor día de mi vida.