Buscar este blog

miércoles, 25 de mayo de 2011

Hoy, el mejor día de mi vida

"La felicidad de cada uno no consiste en esto ni en aquello, sino en conseguir y gozar cada uno de lo que le gusta" Baltasar Gracián

Hay días que por su armonía y simpleza se convierten en la inspiración perfecta para escribir una entrada. Y es que un día como hoy por ejemplo, en que todo se hace de manera espontánea y hay una sensación de bienestar y de alegría con una misma y con el universo, se hace necesario mirar que fue lo verdaderamente especial.

Y empieza una a hacer retrospectiva y se da cuenta que realmente si se requieren elementos para que el día sea maravilloso. El primero es levantarse sin que suene el despertador alertando y cortando la magia de los sueños. Que rico abrir los ojos en el punto en que el reloj biológico calcula que ya es hora y no hay temor de estar cogido del día.

Lo segundo es llegar a la oficina y tener un grupo de compañeros que se ríe, que goza con cada situación, que hace una broma sobre tu jefe y que te ayuda para que las cosas se hagan bien y de la manera más eficiente posible, porque hacer las cosas en su tiempo justo es también un paso para tener un día maravilloso.

Otro buen punto para un día genial es sacar un ratico para estudiar y ver que el proyecto que antes parecía un rompecabezas cada vez está cobrando más forma y que aunque las que faltan son las piezas más difíciles hay más motivación para ver la obra acabada.

Y un cuarto e insuperable punto es tener una tarde de cine, comida y una buena amiga. Y es que esta si es la mejor recompensa a una jornada laboral, poder salir temprano de la oficina y encontrarse con una amiga a la que no vez hace muchos días y con la que puedes compartir una buena conversación .

Asi pues, que caminando bajo la lluvia y luciendo un hermoso paraguas fue como termine mi maravilloso día. Porque solo fueron necesarias situaciones simples y una buena actitud para sentir que hoy hubo una energía inigualable, que solo se trata de estar bien conmigo misma y con quienes me rodean, que se trata de dar y de recibir de lo que tengo y que ser feliz es tan simple como la lluvia que cae, solo hay que dejarla ser y disponerse para que cada una de esas pequeñas acciones tengan un efecto transformador.

Así pues que me preparo porque estoy segura que mañana también será el mejor día de mi vida.

martes, 17 de mayo de 2011

LA SOBERBIA ACADÉMICA



 "Sólo se equivoca quien trabaja". 
Anónimo
En los últimos días he sido protagonistas de una de las escenas que más se presentan en los ámbitos académicos, la riña entre profesores y alumnos y la tensión de validar el conocimiento. Muy apropósito el tema dado la celebración día del maestro.
Siempre he tenido por idea que el maestro más allá de su conocimiento sabe llegar al corazón de las personas, más que preocuparse por formar especialistas se preocupa por formar seres humanos y es este último punto del que se olvidan muchas personas que se dedican a la vida académica.
Las universidades hoy están repletas de personas llenas de conocimiento, llenas de cartones adquiridos en universidades de Francia, Brasil, Estados Unidos, pero la pregunta que hoy me cuestiona es, ¿cuántos de esos académicos han sembrado en sus estudiantes la pasión por la profesión?, ¿cuántos de estos académicos se ha tomado la molestia de ser ético en sus juicios y humanos en sus maneras de inducir a la corrección de sus alumnos cuando ellos que están en un proceso de formación se equivocan constantemente?
El error es el insumo del aprendizaje, solo cometiendo errores el alumno puede hacerse consciente de lo que se debe hacer y no se debe hacer, solo equivocándose el alumno puede construir su propio saber y es ahí cuando el maestro debe entrar a intervenir, porque su instinto pedagógico así se lo ordena, pero su intervención deberá ser un proceso constructivo y no una acusación fatídica que lleve al alumno al nivel de la desmotivación.
Hoy me nace hacer esta reflexión, en la medida que me preocupa que gran parte de la deserción de los estudiantes de sus procesos educativos hayan sido inducidos por intervenciones inapropiadas por parte de los profesores. Los que muchas veces llegan a las aulas llenos de egos y vacíos de espíritu pedagógico.
Me preocupa que un error cometido de manera involuntaria por un alumno tenga consecuencias tanto académicas como emocionales e impida llevar a feliz término un proceso de aprendizaje, porque son los profesores los llamados a conservar el carisma y el amor por las lecturas, por la indagación, la curiosidad y la investigación y no los precursores de procesos llenos de profesionales frustrados o peor aún pensar que sean los profesores unos mutiladores de sueños.
Es importante tomar conciencia sobre el modo y la manera de hacer caer en cuenta de los errores que se dan en las aulas, estoy segura que nadie quiere equivocarse y ganarse un “cero” adrede y que corregir es tan importante para el alumno como para el maestro. No se trata de medir niveles técnicos de aplicaciones de normas, sino de trabajar para que cada estudiante que haga parte de un sistema educativo salga amalgamado y convertido, pero convencido y consciente de su aprendizaje y no por una imposición al mejor estilo de la sociedad del terror.